Aquel hombre me había enseñado.
Me había enseñado a sentir, a ver, a amar.
Lo miré, tomé su mano y cerré los ojos
Deseé irme con él.
Poco a poco, su alma se desprendió de su cuerpo.
Se elevó y alcanzó a Dios mismo...
Mientras él moría en mis brazos,
pude imaginar.
Imaginé una eternidad con él,
no importaría el lugar,
no importaría el pasado,
no importaría el futuro,
sólo importaría el presente,
el tan preciado presente...
- Quiero morir con él - Susurré.- Quiero estar con él.
Apreté su mano con más fuerza.
Me sentí rara.
Mi alma se desprendía de mi cuerpo
y se elevaba con la suya...
Es lo último que recuerdo.
Algún día encontraré a ese hombre.
Algún día seré feliz con el hombre que ame.
Algún día seré lo que soñé que sería.
Aunque por ahora, no sé si lograré volver a dormir...
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